Nos fuimos para las montañas siempre verdes de San Vicente de San Carlos para conocer una finca lindísima que tiene una catarata, topa nada más y nada menos que con el Parque Nacional del Agua, Juan Castro Blanco!
¿Cómo llegar?
Agarrar la ruta hacia San Carlos por Naranjo, pasar Zarcero y unos 45 minutos después se llega al pueblo de San Vicente. Aquí hay que subir hacia la derecha por otros 20 minutos hasta llegar al lugar.
Waze: https://waze.com/ul/hd1gfrzfby
Distancia: 3.5km
Dificultad: Moderado
Accesibilidad: No es accesible
¿Qué llevar?Ropa cómoda, jacket impermeable, traje de baño, paño, repelente, ropa seca para cambiarse, snacks, agua y excelente actitud.
Vehículo: Carro alto
Parqueo: Si
Mascotas: Si
Camping: No
Contacto: 8583-0020
Costo: ¢3000
Salimos de San José casito las 7 de la mañana, de camino hicimos parada obligatoria en el parque de Zarcero y llegamos a San Vicente Hideaway pasadas las 9am donde nos encontramos con uno de los 2 hermanos encargados de la finca.
Luego hablar con los maes un toque, terminamos de alistarnos para comenzar a caminar hacia una de las entradas del Parque Nacional Juan Castro Blanco. Los primeros 700 metros son por un camino de lastre con bosque a mano izquierda, luego pasamos a unos potreros hasta terminar en la entrada al sendero.
Justo después del rótulo de Coopelesca el sendero se hace estrecho y automáticamente estamos clavados en el bosque lluvioso característico de la zona… de pronto mientras caminamos nos encontramos con una quebrada que atravesaba el sendero, y es aquí donde nos recordamos el por qué se le dice el Parque Nacional del Agua.
Este lugar recibe todo el año el agua proveniente de las nubes del caribe, explotando en forma de lluvia en la parte alta del cerro… luego toda esta agua es tragada por la tierra como una esponja llenando los mantos acuíferos de la zona. Es tan así que dicen que esa quebrada puede desaparecer de la noche a la mañana debido permeabilidad del suelo!
Entonces seguimos caminando por la quebrada con lluvias intermitentes, mientras descubrimos varios de los robles más antiguos del país hasta llegar a un río super chiva, aquí cruzamos para toparnos de frente con una catarata toda chiva.
Obviamente aquí nos quitamos los bultos de encima para tirarnos al agua cristalina y fría. No les voy a mentir, el agua estaba muuuuy fría y no logramos estar más de 5 minutos en ella, aún así puedo decir que si vale la pena meterse un ratico.
De vuelta tuvimos que volver a pasar por el río y el sendero que nos llevó de vuelta al potrero donde comenzamos. Luego seguimos caminando hasta llegar al parqueo donde dejamos el carro y así cambiarnos por ropita seca para ir a comer alguito.
*Recomendación: Karlita pasó a desayunar a una sodita cerca de la plaza de San Vicente, se llama Dulcelina. Queriamos ir todos para almorzar pero ya no cabía ni una persona más, es súper conocida y muchos aprovechan el domingo para desayunar o almorzar. Cambiamos de plan pero ustedes pueden tener más suerte!
*FECHA PASEO: Julio 2019