Escondido en las montañas de Buenos Aires de Puntarenas se encuentra el pueblito de Olán “El lugar donde el tiempo se olvidat”, parece un bosque encantado lleno de flores, cabañitas de madera y senderos que lo llevan a higuerones gigantes, cascadas y una catarata grandísima.
¿Cómo llegar?
Autopista Florencio Castillo hacia cerro de la Muerte, pasa por Pérez Zeledón y sigue directo hasta Buenos Aires de Puntarenas de ahí sigue por Los Piñales hasta la intersección donde tiene que doblar a la derecha hacia Olán. * Recuerden preguntando se llega a Roma.
WAZE: https://waze.com/ul/hd1suf93fq
Distancia:
Higuerones 4km
Cascada Las Piletas 8km
Catarata Olán 15km
Dificultad: Alta
Accesibilidad: No Accesible
¿Qué llevar?Ropa cómoda, tenis de trail, traje de baño, repelente, bloqueador solar, paño, jacket impermeable y excelente actitud. ( lleve lo necesario porque hay que caminar con equipaje 2km)
Vehículo: 4×4 preferible que sea alto ( si quiere llegar hasta Olan)
A buenos aires llega cualquier automóvil y se contrata taxi hasta Olan.
Parqueo: Si
Mascotas: No
Camping: Si
Contacto: Olger 8351 5782 hay mala señal, si no contesta mandar msj o whatsapp ( paciencia porque él revisa el cel 2 veces al día así que en algún momento le contesta los mensajes, así que mande el mensaje lo más completo posible)
https://www.facebook.com/CapillaEnlasNubes
Cabinas Kamaraci (Buenos Aires) 2730-5222
Costo:
¢39000 incluye taxi Buenos Aires Olán
¢30000 Llegando a Olán en carro
Ambos paquetes incluyen 5 comidas, hospedaje en la capilla de Olan y tours.
Cabinas Kamaraci ¢9000 la noche
Salimos un viernes de la casa de Tavo, bien tarde tipo 7pm (no siempre podemos salir temprano del brete), pasamos por comida para ir cenando en el carro y comenzamos a cruzar el cerro de la muerte. Teníamos programada una parada estratégica en Buenos Aires para dormir y fuimos llegando como a la media noche.
Al día siguiente todavía quedaban 2 horas de camino para llegar a Olán, el camino tiene vistas chivísimas, se ve parte de la cordillera de Talamanca, lo que no es tan lindo es el estado de la calle; piedra y lastre, definitivamente es necesario un carro 4×4 y alto, después de 2 horas de camino llegamos a Olan, el carro de Karlita cumplió la faena, pero en algunos momentos lo dudamos y es golpeó bastante (es 4×4 pero bajito).
En Olán nos esperaba Olger, un baqueano de la zona que nos recibió y nos hizo sentir como en nuestra casa durante todo el fin de semana, Olger es un PULSEADOR entre semana trabaja duro en ganadería y los fines de semana hace su ingreso extra emprendiendo en el turismo.
Dejamos el carro en la casa de Mileidy, una vecina que vende un pan casero y un queso riquísimo. Nos íbamos a quedar en la famosa “la capilla” y eso quedaba a 2 km de la calle principal de Olán y después de la tormenta Nate, la única forma de llegar es irse “al dele” por lo que tuvimos que simplificar la cantidad de cosas que llevábamos y dejar algunas en el carro ya que nos esperaban 2 km de caminada con chunches.
De camino Olger nos fue contando la historia de John Howard , un señor de Inglaterra muy espiritual que hace 11 años vino al país y sintió “una conexión especial”, como él mismo lo describe, con el lugar por lo que adquirió la propiedad y construyó la capilla y unas instalaciones para visitas, después de una larga y complicada odisea como explica en su libro EL PORTAL.
Después de los 2 km de caminata nos estaba esperando Grettel (esposa de Olger), con un desayuno buenísimo que nos dio energía para terminar de conocer el lugar, el escenario es IMPRESIONANTE, una capilla de madera, con jardines de flores alrededor y en medio de las montañas: “La capilla en las nubes”. Nos tomamos nuestro tiempo para conocer y entender un poco la filosofía de John y del lugar, tiene rótulos alusivos a su ideología que es una protesta a los sistemas de gobierno y de religión. Aparte de la capilla tiene un “cementerio de vivos” bastante interesante ya que tiene tumbas de figuras políticas de Inglaterra y de EE.UU que no son del agrado de él. En sí el lugar es bien chiva porque es como un mini pueblito con biblioteca, comedor, cabañitas, mirador, la capillas. Es muy acogedor y loco al mismo tiempo, toda una experiencia.
Después de la conocer bien este mini pueblito nos fuimos a hacer la primera caminata del día que consistía en ver dos árboles, un HIGUERON GIGANTE y otro ficus hueco chivísima que escalamos y nos raspamos todos Esta caminata la hicimos en un par de horas. Uno va entre el bosque lo que la hace bien tuanis hasta encontrarse los árboles. De vuelta nos comimos un almuerzo rapidísimo para agarrar fuerzón porque nos esperaba la segunda caminata del día ( somos bien salvajes y nos gusta aprovechar todo lo que se pueda) hacia unas cataratas que se llaman las Piletas, eran 8km en total y salimos medio tarde así que íbamos escupidos para poder volver sin que nos agarrara la noche. Las 2 cataratas estaban chivas eran pequeñitas pero bonitas. En la segunda Karlita y Tavo se mandaron valientes con el dicho de Tavo que en toda catarata hay que meterse. El Agua estaba mega fría así que rapidito se salieron. Al final llegamos como a la 6 de regreso apenas para cenar y dormir delicioso en medio de las montañas.
Al día siguiente nos pegamos un buen desayuno a las 5:30 am porque nos esperaba la caminata más dura, hacia la catarata Olan, caminata bien dura de 3 horas ida y 3 horas vuelta con paisajes increíbles, Olger nos iba guiando, describiendo y señalando la montaña que íbamos a tener que subir y bajar eventualmente para llegar a la catarata, realmente no esperábamos que fuera tan dura pero ¿quien dijo miedo? Sobrevivimos y aquí estamos contando la aventura. En algunas partes tuvimos que subir de cuatro patas y otras bajamos a paso de “cabra loca” como lo bautizó Glori, que consiste en bajar cuestas empinadas rápido con pasitos cortos para evitar caerse de jupa, como siempre valió la pena al ver la catarata de 85m de altura, definitivamente de las más chivas. El agua era todavía mas fría y no había poza entonces en esta no nos metimos, nos quedamos comiendo y viendo ese cataratón como por 45 min porque valía demasiado la pena. Ya de vuelta Olger nos iba enseñando el cerro Tuluk que se veía lejano pero imponente a lo largo, una caminata para hacer claramente en otra visita, donde el mismo Olger “traga grueso” cuando describe lo dura que es. Ya era domingo en la tarde-noche teníamos que volver a la realidad del lunes en nuestros trabajos y dejar Olán un pueblo de cuento de hadas al que en dos días conocimos apenas una pincelada y al que claramente tenemos que volver.
FECHA DE PASEO: Febrero 2018