La Marta es un chuzo para todo tipo de personas, desde los más vikingos hasta los que están comenzando a salir de la rutina, es un lugar siempre verde, rodeado de ríos chapoteables y espacios para descubrir… Además se demuestra cómo es posible que una finca agropecuaria puede dar un giro pasando a ser un bosque secundario lleno de vida y naturaleza.
¿Cómo llegar?
Se agarra hacia el valle de Orosí en Cartaguito, de ahi hay que tomar la calle hacia Tucurrique pasando por el pueblo de Pejibaye. Desde este punto ya es solo seguir los rótulos de La Marta hasta llegar a la entrada.
Con Waze
¿Qué llevar?Ropa cómoda para caminar, tenis de trail, jacket impermeable o poncho, traje de baño, paño , repelente, comida para compartir y excelente actitud.
Distancia: Cuenta con 17 km de senderos de variadas intensidades
Dificultad: Fácil
Accesibilidad: Limitada
Vehículo: Automóvil
Mascotas: No
Parqueo: Si
Camping: Sí
Contacto:
Tel:2542-0350
info@lamarta.org
Cel: 8913-8691
Costo:
Entrada a público general ¢1750
Niños menores de 11 años ¢1250
Camping ¢4000 por persona por noche
Cabaña ¢5000 por persona por noche
Albergue ¢10000 por persona por noche
La cosa es que salimos como a las 7:00 am de San José, rumbo al Refugio de Vida Silvestre La Marta… de camino pasamos por la represa de Cachí donde se veían ventas tentadoras de elotes, chorreadas y de fijo cafecito, aún así seguimos nuestro viaje.
El recorrido es bastante entretenido y chiva, uno realmente lo disfruta por los paisajes y esto hace que el tiempo pase rápido porque cuando menos los esperan está en Pejibaye, y de ahí La Marta está a un brinco.
Llegamos al refugio La Marta, nos recibió un señor súper tuanis que nos explicó un poco de lo que sucede aquí y las actividades que se pueden hacer. Parte de lo que nos dimos cuenta es que hay cabañas, áreas de camping y ranchos para hacer picnics mortales… Entonces nos dirigimos hasta el lugar de camping donde alistamos los chunches para caminar por el refugio.
Aquí hay 2 ríos importantes que acompañan al visitante en todo momento, estos son el Río La Marta y Río Gato. Ambos ríos son chivísimas y esta rodeados de bosque tropical salvaje… Lo tuanis del lugar es que fue una finca y dió un giro 360 grados (mentiraa…180) al convertirse en un área para la conservación, además que esta inmensa propiedad colinda con Parque Nacional Tapantí del macizo de la Muerte.
Durante el recorrido pasamos las ruinas de lo que fue esta finca en su pasado agrícola, con unas pailas y espacios de concreto gigantes donde seguramente ponían a secar al sol el cafecito. Los senderos hay hasta para tirar para arriba, nosotros hicimos tan solo una parte de ellos y lo disfrutamos en paleta… También aprovechamos los ríos que son súper limpios y hasta se veía un toque celeste para meternos. Bueno mentira Tavo fue el único que aprovechó y disfrutó del río que estaba delicioso (Según él), pero definitivamente si el día está tuanis hay que meterse en alguna de las pozas que tiene.
Cuando íbamos caminando llegamos a una cabaña al ladito del río, y teníamos que decidir entre: seguir adelante o devolvernos, por las altas posibilidades de baldazo y que no teníamos tomas con el drone… entonces decidimos no devolvernos pero si irnos al río a hacer parada técnica para comer y de paso sacar el aparatejo volador para hacer las tomas.
Luego del picnic nos fuimos de vuelta, llegamos al carro y nos cambiamos para luego volver a la civilización…
Entonces: ¿Que recomendamos? Pues que caminen a su ritmo y descubran spots chivas (que sobran), sean curiosos y busquen un buen lugar para hacer un picnic sobre una piedra en el río (nosotros lo hicimos) porque este lugar es para todos los niveles de dificultad y el atractivo está en todo lado.
****BONUS: Pasen a comer en Bar Restaurante Las Chalupas