El Golfo Dulce es una zona lindísima, ya que tiene la combinación perfecta de montañas con bosque tropical húmedo, mar cristalino, playas con poca gente y avistamiento de delfines y tortugas. A todo eso le agregamos una kayakeada… nada más que pedirle a la vida.
¿Cómo llegar?
con Waze
Vehículo: Automóvil. La calle está en perfecto estado de San José hasta Puerto Jiménez.
Tiempo: 4 días y 3 noches
Mascotas: No
Costo:$300 por persona para grupos de 8 o más.
Incluye: Bote de soporte por tres días, Guías y Equipo (Kayaks)
Derecho a camping el día anterior al Tour en Chontal, Rincón de Osa.
Día 1 Desayuno, Almuerzo y Cena.
Día 2 Desayuno, Almuerzo y Cena.
Día 3 Desayuno.
Hospedaje en tienda de campaña armada día 1 y 2 en Saladero Lodge.
Contacto: Flow Trips Jhonny Calderón,
¿Qué llevar? Vestido baño / panta, ropa con protección solar y que se sequen rápido, zapatos de agua, sandalias, mucho bloqueador, repelente, anteojos oscuros, gorra, paño, foco de cabeza, paño, sábanas, cámara (preferiblemente resistente al agua), algunos llevaron guantes como de gimnasio para la remada y ¡las hamacas fueron un éxito!
Salimos de San José el 26 de diciembre, después de navidad. Por ser una fecha en la que todo el mundo se va para la playa, decidimos irnos por el Cerro de la Muerte, y fue muy buena opción. Nos tocó bastante despejado tanto de nubes como de carros. Llegamos a Pérez y de ahí seguimos por la interamericana sur paramos a almorzar en Ballena y seguimos hacia Rincón. Rincón es un pueblito que queda justo antes de Puerto Jiménez. La calle está en perfecto estado, recién asfaltada y pintada y con ojos de gato. Llegamos un poco temprano, entonces aprovechamos para ir a Puerto Jiménez a Jagua (una tienda souvenir donde venden los famosos helados hechos en casa y 100% Naturales.
De ahí nos devolvimos a Rincón para conocer el lugar donde íbamos a dormir. Se llama campamento Chontal, y nos quedamos en unas cabinas súper rusticas con todo lo necesario, cama tendida, paño y baño. Ahí cenamos un delicioso pescado entero y nos encontramos con los que iban a ser nuestros guías para que nos explicaran de nuevo los detalles y la logística del tour.
Al día siguiente nos despertamos a las 6:00 am a desayunar y nos alistamos para empezar la aventura. A las 7:00 estábamos listos, cada quien con su pareja de remada, empezando a travesear los Kayaks, porque al ser de mar tienen una quilla atrás que se maneja con pedales para darle dirección.
Kayakeamos por 1.5 – 2 horas tiempo hasta llegar tipo 9am a Los Mogos, unas islitas que quedaban como a mitad del camino ahí merendamos frutas, rellenamos las botelllas de agua, chapuseamos un rato y volvimos a empezar.
Después de recargar energías, volvimos a empezar. En medio camino vimos delfines. No estaban muy cerca, entonces empezamos a seguirlos hasta acordarnos que no eramos un barco y que todo lo que nos desviaramos de la ruta iba a ser trabajo extra así que mejor seguimos, después de Los Mogos remamos por 1 hora hasta llegar a Saladero Lodge, el lugar donde dormiríamos esa noche y la siguiente. Apenas llegamos nos acomodamos en las casitas, que eran como ranchos cubiertos por zarán y colchones inflables. Después volvimos al “comedor” donde los guías nos tenían unos sandwiches deliciosos con de todo.
Después hicimos una deliciosa siesta en las hamacas ENO, que son increíblemente cómodas hasta que nos despertó el sol y por ende el calor.
En la tarde jugamos, hablamos hasta que era hora de cenar. Otra vez los guías se lucieron con filets de atún, puré y pancito con ajo. Después de comer nos quedamos viendo las estrellas, porque a pesar de que era Luna llena el cielo estaba completamente despejado.
Al día siguiente fuimos a una playa como a 45 min kayakeando a snorkelear. Estuvo chivísima se ven otro tipo de corales y peces que los que uno está acostumbrado a ver en Pacífico Central o Norte. Además el agua estaba totalmente cristalina. Después nos devolvimos almorzamos una pasta buenísima y nos alistamos para ir a conocer los senderos que habían ahí mismo en Saladero Lodge, eran cortitos pero chivas, estaban todos llenos de flores amarillas.
En la tarde habíamos planeado ir al río Esquinas para meternos un poco al manglar y aprovechar la luna llena para kayakear de vuelta de noche. Así que después de caminar nos fuimos con focos al manglar, en medio camino empezamos a escuchar demasiada agua, por un momento pensé que era una catarata. Hasta que empezó a caer éste diluvio, fue una experiencia súper diferente, a todos nos encantó. Llovió como por media hora y ya después escampó y oscureció. Así que todos prendimos los focos y empezamos a salir del río hacia el mar. Cuando íbamos de vuelta ya en el mar, Karla se dio cuenta que había bioluminiscencia, así que apagamos el foco para poder disfrutarlo más. Llegamos a cenar nos quedamos otra vez hablando paja.
Al día siguiente desayunamos y nos fuimos ya de vuelta hacia playa Blanca. El regreso se nos hizo bastante corto, creemos que ni 2 horas duramos… entonces todo muy bien y nuestro paseo terminó. Todos súper satisfechos de la remada y de esta experiencia tan diferente… esa sensación de ser algo tan pequeño en ese inmenso mar lleno de sorpresas que lo único que nos hace es reflexionar y apreciar más lo que tenemos.
De vuelta pasamos a comer y listo… un paseo que teníamos demasiadas ganas de hacer ¡completado!