Fuimos a conquistar La Alegría de Siquirres, y junto a un local seguidor de Qué Buen Lugar, descubrimos unas cataratas metidas en la jungla y fue realmente increíble… agua cristalina, 2 cataratas, fuerte poza y lo mejor de todo es que es que está escondida
¿Cómo llegar?
Se agarra la ruta 32 hacia Limón, cuando se llega a Siquirres se gira a la derecha hacia La Alegría de Siquirres por media hora más hasta llegar al desvió que lleva al río Perla.
Con Waze: https://waze.to/lr/hd1u93p054
Vehículo: Automóvil
Parqueo: En la orilla de la calle.
Distancia: 3km
Dificultad: Moderada
Accesibilidad: No
¿Qué llevar? Ropa fresca y cómoda, traje de baño, paño, repelente, drybag, hidratación, comida para compartir y excelente actitud.
Mascotas: Sí
Camping: No
Contacto:
Franco 8723-6191
Costo: ¢4000 (incluye merienda)
¢9000 con almuerzo incluido.
Salimos tempranísimo para Siquirres, ahí antes de llegar al centro del pueblo de La Alegría nos topamos con un seguidor de nuestra página y también guía local del área. El guía llamado Franco se encargó de llevarnos a un río con una catarata sin nombre… justo como nos gusta.
Luego de montar a Franco en la carreta, un mae súper buena nota, manejamos 15 minutos más hasta llegar al puente que pasa sobre el Río Perla, aquí estacionamos el carro para así alistar los chunches de la caminata.
Comenzamos a caminar por el sendero río arriba, éste no duró mucho en desaparecer y ya le toca a cada uno escoger su mejor ruta hacia la catarata. El río está protegido por un bosque tropical increíble, la humedad se siente en el aire y la belleza del agua totalmente limpia es difícil de ignorar.
El camino es levemente técnico porque las piedras son súper resbalosas pero no es tan duro, la distancia pasa rápido y las pozas de camino son soñadas. Tuvimos que detenernos varias veces a tomar fotos con la esperanza de pasar a chapotear a la vuelta en una de ellas. Entre tanta distracción en el camino cuando menos lo esperamos logramos ver la catarata a unos 200 metros, la emoción llevó directo a ella para así soltar los chunches y descubrir el espacio.
La catarata que en realidad se divide en 2 caídas de agua (no muy fría) sobre una piedra gigante, es un chuzo. El caudal no es muy fuerte, y la poza es sabrosa. A un costado de la catarata principal hay una más pequeña que proviene de otra quebrada… es lindísima y vale la pena que se den un tiempo para explorar todos los rincones ya que está lleno de sorpresas.
Luego de tomar videos y fotos nos decidimos armar el picnic con los lorenzos que nos compramos, que estaban buenísimos. Después recogimos cosas y nos fuimos de vuelta río abajo hacia el carro ya que se aproximaba baldazo y queríamos evitar cualquier susto. Es importante siempre estar atentos al nivel del agua, su color y también fijarse en las nubes por aquello de una cabeza de agua… aún más si estamos en época lluviosa.
Al volver al carro nos cambiamos y nos vinimos de vuelta para San José, realmente es increíble encontrar ríos tan limpios y chivas hoy en día… y está en nosotros protegerlos para que así más personas puedan disfrutar de ellos por muchos años más.