Nos fuimos a descubrir una de las cataratas más altas y lindas de Guápiles junto al legendario Don Hugo Durán. Una caminata demasiado chuza y exigente que nos sacó el vikingo que llevamos dentro.
¿Cómo llegar?
Pasa el puente del río Toro Amarillo y en el restaurante La Trocha dobla a la derecha ahí pasa el puente ahí sigue y la primera entrada a la izquierda y luego la primera a la derecha y ahí sigue hasta la casona de Don Hugo.
Waze: https://waze.to/lr/hd1u3sz3rh
Distancia: 17km
Dificultad: Difícil y técnico
Accesibilidad: No es accesible
¿Qué llevar?
Ropa de secado rápido, tenis de trail que drenen bien el agua (o botas de hule), repelente, dry bag o bolsas ziploc para guardar electrónicos, 2 litros de hidratación, snacks para caminar unas 6 horas, ropa de cambio seca (para dejar en el carro) y excelente actitud.
Vehículo: Automóvil llega tuanis.
Parqueo: Si hay (cobran 3000)
Mascotas: No
Camping: Si
Contacto:
Don Hugo: 8405-9220
Génesis: 8584-6691
Costo:
¢8000 / persona
Salimos antes de las 6 am de San José para llegar a las 7:30 am a la casona de Don Hugo en Guápiles de Limón. Nos alistamos lo más rápido posible para ponernos a caminar y así agarrar el mejor clima posible.
El primer kilómetro y medio es por un camino entre fincas hasta llegar al bosque que proteje la primera cruzada del Río Blanquito. Aquí comienza la mojada de tenis así que no vale la pena intentar cruzar sobre las piedras, ya que más tarde de fijo hay que volver a cruzar unas 4 veces más.
Luego se continúa por un antiguo camino de piedra que según cuenta Don Hugo era para carretas hace muchos años hasta llegar al Río Blanco que hay que cruzarlo y luego nos internamos en el bosque por varios kilómetros de jungla salvaje por un sendero hermoso.
Luego de caminar una hora y media se vuelve a cruzar el río para luego tomar un sendero que nos lleva para arriba hasta la catarata Gamalota. En este punto el sendero se tornó más técnico, fueron 3 kilómetros donde había que caminar algunas partes entre piedras, ríos, grandes cuestas agarrandonos de árboles, raíces y cuerdas.
Luego de una y media logramos llegar embarrilados a la base de la catarata la Gamalota, si bien el camino para llegar fue sumamente exigente, la verdad vale la pena cada paso.
La catarata no tiene tantísimo caudal, si es muy alta así que lo que llega abajo es una ducha gigante. El bosque que rodea la catarata es paradisiaco y tiene una pequeña poza en la parte baja que es donde dejamos nuestros bultos.
La parte más complicada de todo el hike pienso que fue para subir a la parte alta de la catarata ya que no habían árboles de donde agarrarse. Era solo como piedras sueltas, arbustos y barro… bastante peligroso además.
Nosotros subimos con cuidado, la vista desde desde arriba es chivisima y luego en la bajada yo me di un fuerte golpe en el tobillo por dar un paso en falso así que tenga mucho cuidado.
Para terminar nuestro paseo con broche de oro cayó un ras baldazo que nos puso a caminar sin parar cruzando ríos, jungla de lo más rápido y así minimizar riesgos de una crecida de río. Después de caminar poco más de 2 horas de vuelta logramos llegar a la casa de Don Hugo sanos y salvos, felices de haber explorado una nueva catarata en esta zona que nos vuelve locos.