Nos fuimos a las montañas de Miramar de Puntarenas para conocer el majestuoso Cañón del Río Aranjuéz, un lugar con vista Golfo de Nicoya y una caminata que los dejará impresionados y con la lengua afuera.
¿Cómo llegar?
Se agarra como hacía Guanacaste, por la ruta 27 y después por la ruta 1 hasta la entrada a Miramar. A partir de ahí se comienza a subir como por 45 minutos hasta llegar a Buenaventura de Miramar.
Waze: https://waze.com/ul/hd1g9zgtfr
Distancia: 10km
Dificultad: Alta
Accesibilidad: No es accesible
¿Qué llevar? Ropa cómoda para caminar, tenis de trail, jacket cortaviento, traje de baño, paño de microfibra, repelente, bloqueador solar, ropa para cambiarse, 2 litros de agua, snacks, frutas y excelente actitud.
Vehículo: Carro alto
Parqueo: Sí
Mascotas: No
Camping: No
Contacto: 8422-2310
Costo: ¢11 000 colones (incluye desayuno y almuerzo)
Para llegar a las 7:30 am tuvimos que salir de Chepe a las 5:10 am (parando a orinar un toquesito a medio camino). El día estaba un poco ventoso, pasamos el centro de Miramar y seguimos subiendo hasta llegar a la casa de la familia que hace el tour de Cerro el Encanto.
Luego de alistar los chunches nos fuimos a caminar al cañón de Río Aranjuez, la ruta que los guías hacen normalmente es pasando por el Cerro el Encanto (nosotros ya hemos ido aquí les dejamos el link: CERRO EL ENCANTO ) entonces nos fuimos por un atajo para llegar más veloz.
La primera parte del recorrido es lastre, luego potrero y al kilómetro comienza el sendero cuesta abajo por 2.6 kms. Hay unas secciones del recorrido bien sueltas, así que hay que tener cuidado de no caer de nalgas. También en los últimos 200 mts se bajan varias escaleras super paradas hasta llegar a la base del río.
El río es un chuzo, está justo despuesito de una represa hidroeléctrica de rebalse donde solo se recomienda ir en verano debido a las crecidas del río. A mano izquierda se genera el famosísimo Cañón anaranjado del Río Aranjuez, fácilmente tiene una profundidad de 100 metros y algunas partes se cierra bastante.
Algo chiva es tener que pasar el río varias veces y cruzar sobre piedras gigantes para seguir río abajo… uno se siente maravillosamente insignificante ahí abajo. Se camina como rio abajo y las piedras son gigantes, es como estar en otro mundo. Hay un lugar para meterse al agua pero el río estaba un poco crecido así que mejor no nos metimos, es mejor prevenir que lamentar.
Gurden buena energía, agua y snacks para la vuelta, porque falta fuerte cuestota, y ya cuando uno cree que se acabó, le falta lo más parecido a la cuesta de los arrepentidos para llegar hasta el rancho a comerse el merecido almuercito.