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22 feb 2017

Paracaídas en Quepos 🪂 | La locura más tuanis desde el cielo

iconFácil
iconMenos de 5km
iconAutomóvil
iconMás de 5000
iconNo Accesible
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Que Buen LugarPublicado en Que Buen Lugar · 22 feb 2017
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Nos fuimos con la TARJETA BLUE DE AMERICAN EXPRESS a Quepos a cumplir nuestro segundo reto: tirarnos en paracaídas desde un avión. Fácilmente, es una de las experiencias más emocionantes del mundo mundial, y queremos que ustedes también se atrevan a vencer ese miedo de la forma más chiva posible.

🧭 ¿Cómo llegar?

Tomás la carretera Costanera Sur, pasás Herradura, Jacó, Parrita… y cuando llegás a Quepos seguís unos 10 minutos más hasta ver el rótulo de Skydive Costa Rica. Ahí se entra a la finca donde tienen su base de operaciones.

📍 Ubicación en Waze

📌 Especificaciones

  • Distancia: 0 km (es directo al punto de salto)
  • Dificultad: Fácil
  • Accesibilidad: Sí
  • Vehículo: Automóvil
  • Parqueo: Sí
  • Mascotas: No
  • Camping: No
  • Contacto: skydivingcostarica.com
    ☎️ 8406-8544 / 8350-2746
  • Costo: $339 USD

🎒 ¿Qué llevar?

Ropa cómoda tipo de playa, tenis, bloqueador solar, repelente y muchas ganas de pasarla bomba. 🚀

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🚁 Nuestra experiencia: adrenalina, gritos y pura vida

Salimos como a las 6:00 a.m. hacia Quepos, hicimos una paradita para desayunar algo en Jacó y luego seguimos directo al punto. Al llegar, nos topamos con un portón donde nos recibió un muchacho súper amable que nos guió hasta la oficina.

Este lugar está en medio de una finca gigante que tiene su propio aeropuerto. Pero lo mejor: está justo al ladito del Parque Nacional Manuel Antonio, así que parte del ride incluye volar sobre esas playas famosísimas… ¡una vista brutal!

En la oficina conocimos a los instructores que nos iban a lanzar al vacío, pasamos al front desk, hicimos el pago y firmamos esas hojas donde uno asume el riesgo de lanzarse como loco desde un avión (todo muy serio). Luego nos tocó esperar nuestro turno, y mientras tanto los nervios se empezaban a notar... pero la emoción ganaba.

Glori y yo (Trejos) éramos los más pendejitos del grupo, lo admitimos. Pero la actitud nunca se nos cayó, sabíamos que lo que venía era algo que dispara la adrenalina a otro nivel.

🎵 Chan chan chaaaaan… ¡Llegó nuestro momento!

Los saltos se hacen de dos en dos, así que Karlita y yo fuimos primeros. Junto con dos instructores súper tuanis, nos pusimos el arnés con el que uno se pega al instructor como por Detroit, nos explicaron todo el proceso para evitar riesgos y a caminar unos 3 minutos hasta la avioneta.

🛩️ Una vez arriba, ya no hay vuelta atrás. Realmente no la había desde que salimos de San José… pero ahora era en serio. Nos despedimos de los que quedaron en tierra y comenzó el vuelo. En el trayecto de unos 20 minutos pasamos sobre Manuel Antonio… un espectáculo visual que ayuda a calmar un poco los nervios.

Al llegar a 2000 m.s.n.m. el instructor dice: ¡YA, ES AQUÍ!

Ahí el susto entra con todo. Uno queda viendo al vacío desde la puerta de la avioneta… y en ese instante todo el miedo se transforma. El salto es una locura: los gritos de felicidad salen solos, la sensación es adictiva y, aunque dura solo 20 segundos de caída libre, uno desea que no termine jamás.

💨 Durante la caída no se siente vacío como uno pensaría, ya que el cuerpo va en posición horizontal y el viento genera una resistencia deliciosa. Es como volar de verdad. Pura dopamina.

Luego se escucha el clásico ¡PLOP! y se abre el paracaídas. Es en ese momento donde uno dice “estoy vivo”. La brisa ya se siente normal, la vista es mágica, y uno sigue sin poder creer lo que acaba de hacer. El descenso en paracaídas dura unos 5 minutos hasta que se aterriza en la pista, donde ya nos esperaban Glori y Tavo.

🚺 Luego se tiraron ellos también. Glori estaba segura de que iba a llorar de los nervios y Tavo le estaba haciendo porras como buen compa. Pero al final todo salió perfecto, la emoción venció al miedo, y 25 minutos después volvieron con la misma cara de locos felices que teníamos nosotros. Satisfechísimos de haber vencido uno de los miedos más grandes: tirarse al vacío.


💬 Conclusión

¿Lo recomendamos? 100%.
Por más susto que dé al principio, la sensación que se vive es única. Uno se siente como la persona más valiente del planeta, y se lleva un recuerdo que dura toda la vida.

¡Atrévase a volar! 🪂

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