Locos por el Bosque - Coronado
Este lugar está literalmente de las nubes para arriba y su bosque nos volvió locos… Tal vez por eso se llama así. Este rincón escondido de Coronado nos sorprendió con su vibra mágica, un sendero bien cuidado, un río volcánico amarillo y un mirador que parece sacado de un cuento.
¿Cómo llegar?
Hay que subir desde Coronado hacia Las Nubes por 18 km hasta encontrar una cabaña de madera que dice Locos por el Bosque. Ahí empieza la aventura.
Vehículo
🚗 Carro alto preferiblemente. Si andás en automóvil, podés dejarlo en la escuelita cercana y caminar.
Parqueo
🅿️ En la calle, junto a la entrada.
Contacto
📞 4080-3210 / 8361-6292 (también por WhatsApp)
🗓 Operan cualquier día de la semana con mínimo 5 personas.
Costo
💰 ₡3,000 por persona
Mascotas
🐾 ¡Sí! Podés llevar a tu perro aventurero.
Camping
🏕️ Se puede dormir dentro de la cabaña (consultar previamente).
¿Qué llevar?
🎒 Ropa cómoda para caminar
🥾 Zapatos cerrados
🧃 Hidratación y snacks
🧥 Abrigo y jacket impermeable
💚 Excelente actitud
Dificultad
⚡ Media
Distancia y tiempo
📏 7 km ida y vuelta
⏱ 3 horas y 20 minutos aprox.
🌿 Nuestra experiencia
Para este trip quedamos de vernos a las 8:00 a.m. con los guías… pero llegamos a la hora tica. Por dicha, está a tan solo 1 hora desde San Isidro de Coronado, así que todo bien.
Apenas llegamos, nos recibió un chavalo súper buena nota que nos dio un mapa con una breve explicación. Desde ahí, caminamos por una calle bastante rústica (nivel: "solo para carros que les gusta batir barro") hasta llegar al inicio del sendero.
Ahí conocimos a Randall, parte del equipo de Locos por el Bosque, quien nos dio la mejor indicación: seguir cintas anaranjadas para llegar al río, y rosadas para llegar al mirador. Fácil, práctico y aventurero.
El sendero está en excelente estado y se adentra poco a poco en un bosque húmedo increíble. Luego de caminar un buen rato entre naturaleza, llegamos a una bajadota de gradas que nos llevó directo al Río Cajón, un río amarillo por los minerales volcánicos de la zona. El agua estaba helada (sí, nos dio miedo meternos), pero el paisaje alrededor lo compensa todo.
Después de tomarnos un respiro en el río, subimos el reguero de gradas… que, para sorpresa de todos, no fue tan terrible como esperábamos. Ya con más energía, seguimos hacia el mirador, que queda como a 15 minutos de las gradas.
Desde ahí, la vista es brutal: una cataratota clavada en la montaña se roba el show. Este balcón natural es el lugar perfecto para sentarse a respirar, tomarse algo, comer y simplemente apreciar.
Luego de esa dosis de conexión con la naturaleza, recogimos los chunches y nos devolvimos satisfechos. Una experiencia corta, accesible y completamente revitalizante.
📅 Fecha del paseo: Julio 2016