Cerro Tinajitas – ¡Vistas de otro planeta en San Ramón! 🌄
¡No sólo de cataratas vive el hombre, sino de vistadas también! Y es que en las alturas de San Ramón, “capital del mundo, sucursal del cielo y corazón del Universo”, nos encontramos con uno de sus secretos mejor guardados: el Cerro Tinajitas. Perfecto para un domingueo liviano, con acceso fácil y vistas de 360° que te volarán la cabeza, este lugar es ideal para ir con familia, amigos y hasta con los firulais. 🐾
📌 Información útil
¿Cómo llegar?
Tomás la General Cañas rumbo a San Ramón. Una vez en el centro (Moncho), seguís unos 10 minutos hacia Río Jesús y luego te desviás a la izquierda camino a la montaña.
🧭 Especificaciones
- Distancia: 400 m
- Dificultad:
- Fácil al primer cucurucho
- Técnica y emocionante al segundo
- Vehículo: Automóvil
- Parqueo: En calle (no dejar objetos de valor)
- Mascotas: Sí 🐕
- Camping: No (no hay servicios cerca)
- Costo: Gratis
- Qué llevar: Ropa cómoda, protector solar, repelente, snacks o comida para picnic y buena actitud ☀️🧺
✨ Nuestra experiencia
Salimos rumbo a San Ramón pasadas las 8:00 a.m., como siempre con la parada obligatoria en un supercito para abastecernos de carajadas de picar. El camino empezó pavimentado y poco a poco se volvió de lastre, salpicado de algunos charcos sin mayor complicación. A los 10 minutos de subida vimos un claro a la derecha con una vista directa al Cerro Tinajita, así que aprovechamos para parquear y tomar unas fotos.
Justo ahí había una microbús llena de caminantes, y como buenos preguntones, hablamos con el chofer para saber por dónde se subía. Sin pensarlo dos veces, agarramos los bultos, los perros y empezamos el ascenso.
La caminata es una miniatura, no llega ni a 200 metros, pero es súper bonita. El senderito atraviesa un bosquecito simpático antes de llevarnos a la cima: una cumbre angosta de unos 4 metros de diámetro, pero con una vista alucinante. Desde ahí se ven las montañas de Esparza, San Mateo y hasta el Puerto. Todo el Valle te queda a los pies.
Más abajo se veía otra cima aún más chiva, así que nos animamos a bajar por una pared empinada y técnica. ¡Advertencia! Aquí sí se pone emocionante: hay que pegarse a la tierra, bajar en modo escalerita o sentado, porque el guindo es de respeto. Pero lo vale. Abajo extendimos la manta, armamos picnic y disfrutamos junto a los peludos esperando que el cielo se despejara un toque (porque las nubes venían y se iban como si nada).
Después del descanso, tocó subir de nuevo la pared. Curiosamente, se nos hizo más sencillo subirla que bajarla. Ya en la cima, nos topamos con un mae de Palmares que nos contó que la calle donde dejamos el carro lleva a San Mateo por dentro, y que la ruta es bastante linda.
Nos subimos al carro con una sonrisa de oreja a oreja, felices de haber descubierto un lugar tan poco conocido pero tan especial. ¡Definitivamente un spot perfecto para quienes aman vistas panorámicas y pequeñas aventuras fuera del bullicio de la ciudad! 💚
🗓 Fecha del paseo: Setiembre 2016